REFRESCOS EN LOS NIÑOS Y SUS CONSECUENCIAS.
¿Ya sabes lo que pasa en tu cuerpo o en especial de los niños al tomar refrescos?
BEBIDAS AZUCARADAS, BEBIDAS CERO O DE DIETA Y TODAS LAS CARBONATADAS.
Las bebidas carbonatadas y las azucaradas son muy perjudiciales para la salud. Y esto comienza desde la infancia. Los niños deben beber regularmente agua y no estas bebidas tan dañinas para el cuerpo humano y más aún cuando se está en pleno crecimiento. Una botella de refresco o gaseosa de 600 ml, no tiene ningún valor nutricional, y contienen aproximadamente 13 cucharaditas de azúcar agregada. Estamos de acuerdo que el cuerpo requiere algo de azúcar.
Pero el consumo excesivo puede incrementar el riesgo de diabetes tipo 2 y el aumento de peso. No solo el peso y la diabetes, que ya son preocupantes. También se le suman lo perjudicial que son para la salud ósea y dental, ya que estas bebidas carbonatadas son bastante ácidas. Por muchas razones, las bebidas carbonatadas y azucaradas, no deberían ser una opción de bebida diaria para los niños y tampoco para los ya adultos.
En qué perjudican a los niños las bebidas carbonatadas y azucaradas
Esto realmente es preocupante. Entre los niños y adolescentes con sobrepeso, los pediatras han diagnosticado problemas de salud que solían encontrar solo en adultos. Tales como presión arterial alta, colesterol alto y niveles altos de triglicéridos. Los cuales son factores de riesgo de diabetes como ya mencionamos, al igual que enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
La salud ósea
Sin duda, el calcio es un nutriente importante. Sobre todo para los niños en sus primeras etapas de la infancia, cuando sus huesos están en crecimiento. La mayoría de las bebidas carbonatadas contienen ácido fosfórico. El ácido fosfórico filtra el calcio de los huesos. Lo que provoca que se debiliten, se vuelvan frágiles y propensos a fracturas.
Si un niño toma regularmente bebidas carbonatadas, los altos niveles de ácido fosfórico que se consumen, ocasiona serios problemas en la salud ósea en los niños. Y especialmente para las niñas en crecimiento, que corren el mayor riesgo de osteoporosis.
La caries dental
El ácido tanto en las bebidas carbonatadas y en las azucaradas, causa caries. Ya que van eliminando el esmalte protector que recubren los dientes. Se ha encontrado que los niños que consumen tres o más tazas de bebidas gaseosas al día, tenían un 46 por ciento más de posibilidades de tener caries.
El azúcar en el líquido se queda en los dientes y las encías durante algún tiempo. Esto es cuando puede comenzar la caries, incluso antes de que haya aparecido ningún diente. Hay que mencionar que, el azúcar no solo causa caries, los ácidos en los refrescos graban el esmalte dental. El ácido puede comenzar a disolver el esmalte dental en tan solo 20 minutos.
Los expertos informan que la pérdida completa del esmalte en los dientes frontales en niños y niñas adolescentes generalmente se beben a estas bebidas carbonatadas. Por este motivo, los expertos recomiendan limitar el consumo de refrescos. Es muy importante crearles a los niños una rutina regular de cepillado de dientes tan pronto como aparezca su primer diente.
Exceso de peso
Las bebidas azucaradas, son ricas en energía y tienen muy poca nutrición para la dieta de los niños. El ingerir regularmente bebidas azucaradas, puede conducir a un aumento de peso excesivo en los niños. Las bebidas carbonatadas, contiene cero nutrientes y es alta en calorías y azúcar. Es por ello que los estudios determinan un fuerte vínculo entre el consumo de refrescos y la obesidad infantil.
Pequeño apetito o comedores quisquillosos
Como ya mencionamos, estas bebidas azucaradas están llenas de energía. Y pueden provocar una sensación de llenura en los niños, haciéndolos menos hambrientos a la hora de comer. Para los niños que son algo fastidiosos o quisquillosos, eliminar o limitar las bebidas carbonatadas y azucaradas, es una manera muy útil de estimular el apetito de los niños por otros alimentos más nutritivos y saludable.
Es obvio que estas bebidas al disminuir el apetito, los niños tienen menos probabilidades de comer alimentos nutritivos con los niveles recomendados de vitamina A, calcio, magnesio y otros nutrientes importantes. Esta falta de nutrientes importantes para los niños en crecimiento, pueden ocasionar problemas como la anemia por deficiencia de hierro. También un crecimiento deficiente en bebés y niños pequeños, por reemplazan alimentos como la leche materna, fórmula o alimentos sólidos y saludables por bebidas carbonatadas y azucaradas.
Cambio en los hábitos intestinales
Por otra parte, los niños pueden también tener problemas para digerir algunos de los azúcares en las bebidas azucaradas, lo que puede ocasionar diarrea. Esto puede generar un crecimiento lento, ya que el cuerpo pierde regularmente energía y nutrientes. Cuando se eliminan las bebidas carbonatadas y azucaradas de la dieta del niño, pueden mejorar muchísimo sus hábitos y salud.
Es fundamental recordar que beber refrescos regularmente altera el equilibrio ácido-alcalino del estómago. Desarrollando así, un continuo ambiente ácido en el mismo. Este ambiente ácido prolongado puede desencadenar una inflamación del estómago y en el revestimiento duodenal. Lo que es muy doloroso. Los refrescos también actúan como diuréticos deshidratantes. Al igual que el té, el café y el alcohol, lo cual pueden reprimir la adecuada función digestiva
Otras razones de relevancia
Hay que tomar en cuenta que la mayoría de los refrescos también contienen cafeína. Esta puede causar dolores de cabeza, malestar estomacal, nerviosismo y problemas para dormir. También se ha asociado últimamente, con algunos problemas de comportamiento y trastornos del sistema nervioso.
La cafeína crea dependencia física y modifica el equilibrio normal de la neuroquímica en el cerebro en desarrollo de los niños. La cafeína, consumida en gran cantidad, puede provocar agotamiento suprarrenal, especialmente en niños. Los refrescos contienen de 35 a 38 ml de cafeína por lata de 12 onzas.
Y las bebidas dietéticas generalmente contienen mucho más. El aspartamo, el cual es un edulcorante no calórico, y es utilizado en los refrescos de dieta, es una potente toxina cerebral y muy perjudicial para el sistema endocrino, ocasionando daños quizá irreparables.
ENTENDIENDO EL pH EN EL ORGANISMO Y METABOLISMO
Los padres pueden hacer la gran diferencia al educar a sus niños sobre lo perjudicial que estas bebidas carbonatas y azucaradas son para ellos. Desde muy pequeños crearles buenos hábitos alimenticios e inculcarles conciencia para su salud y bienestar.
(Nota: Quiero agradecer a Casa diseño por este artículo tan completo)